El mes de la masturbación en Estados Unidos


Planeta Ellas

Durante mayo los norteamericanos celebran el “Mes de la masturbación”. Nació con motivos sociales y científicos, pero pronto amplió su alcance. Hay festivales, campañas, y convocatorias para festejar a solas, en la intimidad de casa.

Desde hace 16 años, mayo es para Estados Unidos el Mes Nacional de la Masturbación. Algunos lo aprovechan para investigar los alcances científicos: se revisan los beneficios que la autosatisfacción puede brindar a la salud sexual. Otros prefieren unirse a la causa llamada “Masturbate-A-Thon” (mastúrbate una tonelada). Es una especie de maratón que, al principio, se celebraba individualmente, cada uno en su casa.

El Centro para el Sexo y la Cultura lo convirtió en un festival y le dió alcance mundial. Concurren actrices porno, bailarinas y transexuales. El público participa en categorías como tiempo de masturbación.

Este año el evento se hizo el 21 y 22 de mayo con la temática “fin del mundo”, alineada con las últimas profecías. “Sé honesto: ¿qué es lo que realmente te gustaría estar haciendo cuando todo termine?”, preguntaron en la invitación. El festival tiene fines benéficos y lleva recolectados más de 25.000 dólares para prevenir el HIV y mejorar la educación sexual.

Una euroorden de protección a mujeres maltratadas


En Europa, se realizó una propuesta de reglamento para una euroorden de protección de mujeres maltratadas para que todas las víctimas de la UE conserven sus medidas de amparo cuando se desplacen a cualquier otros país comunitario.

Las mujeres maltratadas con medidas de protección en vigor en un país miembro de la Unión Europea, tales como órdenes de alejamiento, podrán pedir a las autoridades del nuevo país donde se encuentran que se apliquen allí también las medidas de amparo.

El reglamento de la euroorden de protección de víctimas, que se basa en la infructuosa propuesta que presentó España durante su presidencia de la UE en 2010, forma parte de un plan integral de la Comisión Europea (CE) para que todos los que sufren un delito tengan los mismos derechos sea cual sea su país de origen.

De esta forma, las víctimas tendrán derecho a declarar y ser interrogadas en su idioma, a ser informadas de cómo transcurre el proceso cuando ya no estén en el país de los hechos, así como a recibir asistencia psicológica confidencial y gratuita. En el juicio estarán también más protegidas pues se salvaguardará mejor su intimidad, recibirán un trato adecuado de profesionales con formación específica y se velará por que las víctimas que lo piden no tengan que volver a verse cara a cara con su agresor.